lunes, 12 de enero de 2015

Opinión de María Jaoul

María Jaoul tenía diez años cuando se trasladó a vivir con sus padres a la mansión Jaoul, donde vivirá hasta los diecinueve años.

María Jaoul caracteriza a un Le Corbusier severo y poco transigente, pese a su afirmación de querer "hacer la casa entre todos". Ella describe esa casa como extraña al tener que ocupar una habitación de una longitud desmesurada como "un pasillo"; mientras ella deseaba vivir en las villas campestres como sus amigos, tenía que sufrir sus preguntas malintencionadas sobre si su familia era demasiado pobre como para tener que vivir en "una fábrica". Rechaza una vivienda que fomentaba la vida comunitaria y donde no había ningún sitio para esconderse, en lo que todo se oía a través de los tabiques y en la que parecía no haber intimidad.

Una de las mayores críticas recae sobre la entrada de luz natural y las amplias zonas de sombra en su interior y el uso de materiales sucios y toscos, otra cosa que le disgustaba era no poder cambiar los colores de las paredes. Ella comentará que vivir en estas casas era duro ya que eran muy exigentes.

A pesar de sus no muy felices recuerdos, María Jaoul aprendió a quererla y ahora "soportaría mal que esta casa no fuera la mía".

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